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Acción Humanitaria

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La crisis migratoria en Darién continúa, sin dar señales de disminución o mejora y al cierre de marzo, unas 109,000 personas han transitado por la zona en los primeros tres meses del 2024 (125,000 a 17 de abril según datos no oficiales), representando un 25% más que en el mismo período del año anterior.  Se espera que este aumento en los flujos migratorios mixtos desde Colombia se mantenga o incluso continue incrementándose, tras el récord establecido el año pasado con 520,085 ingresos registrados. 

La selva de Darién sigue representando un punto crítico en el trayecto de decenas de miles de personas que aspiran a continuar hacia la frontera sur de Estados Unidos. El viaje es altamente peligroso, con un recorrido a pie de unos 97 km de selva tropical, atravesando terrenos empinados, zonas fangosas y ríos caudalosos. En su Informe de la Situación de los Derechos Humanos en Panamá (2023), la Defensoría del Pueblo reconoce la crisis migratoria en Darién como una situación humanitaria, ya que, durante su travesía, las personas son expuestas a múltiples riesgos de protección, incluyendo distintos tipos de violencia (entre ellos, la violencia sexual), tráfico y trata de personas y pérdida de vida.

Una gran cantidad de quienes emprenden esta difícil travesía por la selva de Darién huyen de la violencia y las crisis económicas en países como Venezuela, Ecuador, Colombia o Haití. Sin embargo, cada vez más personas provienen de países del Medio Oriente, África y Asia, incluida China, también azotados por situaciones sociopolíticas y económicas adversas.

El viaje es altamente peligroso, con un recorrido a pie de unos 97 km de selva tropical, atravesando terrenos empinados, zonas fangosas y ríos caudalosos. En su Informe de la Situación de los Derechos Humanos en Panamá (2023), la Defensoría del Pueblo reconoce la crisis migratoria en Darién como una situación humanitaria, ya que, durante su travesía, las personas son expuestas a múltiples riesgos de protección, incluyendo distintos tipos de violencia (entre ellos, la violencia sexual), tráfico y trata de personas y pérdida de vida. Una gran cantidad de quienes emprenden esta difícil travesía por la selva de Darién huyen de la violencia y las crisis económicas en países como Venezuela, Ecuador, Colombia o Haití. Sin embargo, cada vez más personas provienen de países del Medio Oriente, África y Asia, incluida China, también azotados por situaciones sociopolíticas y económicas adversas.

Las organizaciones humanitarias trabajan arduamente para satisfacer las necesidades crecientes de la población migrante en tránsito y salvaguardar las vidas de miles de personas que están en riesgo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la capacidad de respuesta sigue siendo insuficiente y requiere de acciones urgentes y coordinadas regionalmente para enfrentar efectiva e integralmente este desafío humanitario. Además, resulta fundamental abordar las causas subyacentes de la migración y garantizar la protección y el bienestar de quienes atraviesan esta peligrosa ruta en búsqueda de protección, seguridad y mejores oportunidades fuera de sus países de origen.

Una serie de cambios y circunstancias en los últimos meses han contribuido a hacer todavía más compleja la situación y añaden retos a la asistencia humanitaria y de protección que se brinda. Así, en octubre 2023, los Gobiernos de Panamá y Costa Rica acuerdan que, a partir de ese mes, el traslado de las personas migrantes desde Darién sería directamente hasta el Centro de Atención Temporal para personas migrantes (CATEM) en Costa Rica, sin pasar por la estación de Recepción Migratoria de Planes de Gualaca, todavía en territorio panameño. Esto incrementó en un 50% los costes de traslado para las personas migrantes, pasando de 40 a 60 dólares por persona. Al mismo tiempo, en enero 2024 la Fiscalía Superior especializada en delitos contra la propiedad intelectual, el Servicio Nacional de Fronteras y el Servicio Nacional de Migración (SNM) arrestaron en las ETRMs y en las comunidades de la provincia de Darién a las personas que, presuntamente, se dedicaban a recibir dinero para personas migrantes, utilizando los nombres de empresas reconocidas como Western Unión entre otras. A su vez no se ofrece ninguna alternativa para que las personas migrantes puedan obtener o recibir dinero.

Como consecuencia de estas dos medidas, se prolonga considerablemente la estancia en la zona de las personas migrantes al dificultárseles acceder a los recursos económicos necesarios para continuar su viaje. 

A su vez, esto conlleva un aumento de tensión y la desesperación entre las personas migrantes llegando a darse situaciones como la que desembocó en el incendio en marzo 2024, de la ETRM de San Vicente que ha quedado inhabilitada. Esta estación era la de mayor capacidad, albergando 544 personas. 

Si tenemos en cuenta la capacidad de acogida que hay en El Darién hoy en día, podemos observar que lo que se está produciendo es un “tapón” de personas que se quedan “estancadas”, lo cual complica más la situación.

La Cooperación Española cuenta actualmente con tres intervenciones en el sector:

Documentos de interés: